sábado, 9 de octubre de 2010



En unos años las ciudades, ya sean de la índole que sean o color que la gobiernan, se han inundado de rotondas. Serán necesarias y eso. Además se ha puesto de moda decorarlas con esculturas, a mi me parece muy bien porque el arte tiene que estar más en LA CALLE para que la gente vea al arte algo más cercano. Tengo que decir que algunas de estas esculturas que decoran nuestro país son más acertadas que otras, pero bueno eso no importa. Lo que importa es decorar la “jungla de asfalto”. Eso sí, no dejan indiferentes a quien las observa y las interpretaciones son múltiples. Eso es LO MEJOR de todo.
Hace un tiempo junto a la Universidad de Jaén pusieron una escultura bien curiosa, realizada con objetos como señales de tráfico, cubas de hormigoneras y más cosas que vemos a diario en carreteras y obras. Cuando la vi por primera vez me pareció un suicidio artístico pero conforme pasa el tiempo más me gusta y veo el ella un guiño a la niña que llevo. Hoy reafirmo el título de este mi blog; “todo puede ser arte” porque es verdad.
Le voy a proponer al próximo alcalde (que espero y deseo que sea el que yo espero) que celebre su triunfo de recuperar la ILUSIÓN PERDIDA DE LA CIUDADANÍA ILITUGITANA. Y por ende al niño que todos llevamos dentro, instalando a modo de alegoría una escultura en la “pelada” rotonda que hay en la entrada a Andújar por el acceso de la carretera de Fuerte del Rey. Una escultura hecha con gigantes piezas de rompecabezasde, sí esas que teníamos de chiquitillos, sí esas de madera con formas diferentes simbolizando una ciudad Babel donde tendrían cabida todas las razas, religiones y partidos políticos porque Andújar ha cambiado.

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