domingo, 19 de junio de 2011

Sobre Sol ardiente de junio

Silenciosa para no despertar a la bella joven anaranjada (Venus), la miro y la admira detenidamente y me da ganas de tocarla. Envidio a la suave brisa porque imagino a Eolo peinándola… Un sereno sopor la impregna bajo los rebrillos de la mar en la pesada tarde de junio. Plácida descansa toda ella, ignorante de lo que pasa al otro lado del lienzo… todo un complejo y diverso mundo que posee desde delicados corales, mares de posidonias que bailan al son de las olas, bancos de peces plateados que huyen de la dentellada, arenas que lo pulen todo… y mil cosas más que no tengo ganas de nombralas pero... ¿Será como dijo Calderón la vida es sueño? ¿Dormimos para vivir, perdidos en las sombras de la realidad? Los sueños me advierten de mi pasajera vida. La indolente u eterna joven vive en eterno sueño que impregna su eterna belleza, que es su eterna morada.Afortunada ella porque es indemne a la señora de la guadaña, durmiendo eternamente bajo el sol ardiente de junio...y yo no me canso de observarla… Observación: Se dice que la planta es una adelfa en la parte superior derecha, simboliza el vínculo frágil entre el sueño y la muerte. A lo mejor Venus yace muerta… pero yo quiero imaginar que sueña eternamente.

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