sábado, 23 de julio de 2011

Lucian Freud


Se ha ido para siempre con sus lienzos a pintar a ángeles y a quien se tercie.
Nieto del psicoanalista Sigmund Freud, nació en Berlín en 1922 y emigró con su familia al Reino Unido en 1933, escapando del incipiente nazismo. Se convirtió en ciudadano británico en 1939.
Desde muy joven mostró un talento especial para el arte estudiando en Londres bellas artes y en 1944, a los 21 años, ya tuvo su primera exposición en solitario. Después de la II Guerra Mundial se fue a Francia y a Grecia, para volver al Reino Unido en 1948 para enseñar durante 10 años en la Escuela de Arte Slade.
Pasará a la historia como uno de los grandes genios de la pintura realista y figurativa. Sus obras, que tanto pueden ser íntimas y afectuosas como en algunos casos perturbadoras, aunque siempre francas. A su interpretación del desnudo le dio un sentido matérico dándole una fuerza táctil insólita y de belleza muy particular. En realidad, como él mismo declaró, pretendía que la propia pintura tuviese una densidad elástica, como la de la carne: "Quiero que mi pintura funcione como carne. Para mí, la pintura es la persona. Que ejerce sobre mi mismo un idéntico efecto que la carne".
Esta versión del desnudo tan directa y, valga la paradoja, descarnada, así como su independencia de juicio y de costumbres le valieron, en la puritana sociedad británica de una fama de alocado libertino( pasó por tres matrimonios y trece hijos).
Fue en Christie's de Nueva York donde en 2008 se vendió la obra que convirtió a Freud en el pintor vivo más cotizado del mundo.
Su lienzo 'Benefits Supervisor Sleeping' (1995), que mostraba a una mujer obesa recostada en un sofá, se subastó por 33,6 millones de dólares. El óleo, su pintura más importante en salir al mercado, tomaba como modelo a Sue Tilley, una supervisora de subsidios sociales de Londres que posó para el artista en diferentes ocasiones.
Freud decía que su pintura era autobiográfica, que pintaba «a la gente que le interesaba y que le importaba», en las habitaciones en las que vivía y que conocía bien.
Era un admirador de Francis Bacon, de quien pintó un conocido retrato, y entre sus modelos se contaban tanto gente corriente como famosos, incluidas la reina Isabel II, a la que “capturó “muy poco favorecida, y a la modelo Kate Moss, cuyo retrato de cuerpo entero -tampoco especialmente favorecedor- se subastó en 2005 por unos 4 millones de libras (4,5 millones de euros).

En otra vida espero conocerte, en el mundo de los artistas ...

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