domingo, 18 de septiembre de 2011

OTOÑO


Aunque aún hace calor
El otoño no tardará en llegar
Pienso mientras miro el paisaje de Sierra Morena que:
El instinto inclinará a mis amigas a marcharse
Ellas (las golondrinas) emprenderán un largo viaje
A tierras cálidas para no pasar frío
En los primeros reflejos otoñales
Empezarán a teñirse los árboles
Las gentes se recogerán al calor artificial
Y las calles quedarán solitarias
Las hojas caídas embadurnarán los parques
El agua limpiará las sucias calles
Nosotros nos aferramos el uno al otro al sumergirnos entre las frías sábanas
Deseo que llegue en otoño por sentir ese calor que sale del alma
Nuestra intimidad es;
Silenciosa, sincera, mágica
Empero es reconfortante
Porque siempre es verano...

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sábado, 17 de septiembre de 2011

HAMIN (sefardí) O CHOLENT (asquenazí)


Hamin procede de la palabra hebrea “Cham” que significa caliente.
Cholent viene del francés antiguo “chald” y significa tibio.
En las recetas que he visto la única diferencia de estos dos platos judíos (corríjanme ustedes si saben alguna otra) creo que estriba en que el Cholent es más espeso y contundente que el Hamin, no sé si es porque como viene de Europa y hace más frío que en la cuenca mediterránea hace falta más grasa…
No Encenderás fuego en Shabat, Éxodo 35:3.
Los potajes de legumbres están y han estado asociados a la cocina judía tanto que la Inquisición española acusaba de hereje a cualquier persona que preparase dichos guisos. Los conversos (judíos que se vieron obligados a convertirse al cristianismo) se defendían de tales acusaciones reemplazando la carne de vacuno o cordero por carne de cerdo y así nació un plato que apenas nadie sabe que procede del judaísmo, el cocido. Además como cocinar es una de las 39 categorías de trabajo que se prohíben el Shabat este plato se hacía y se hace el viernes a fuego lento para que el sábado esté listo e incluso se mantiene calentito en las ascuas de la lumbre. De hecho el “tomnin et ha’hamin” (cubrir la comida caliente) se incluye en la liturgia.
En Francia los líderes religiosos hacían lo mismo que la Inquisición en España perseguían a todo aquel que comiese estofados con legumbres, pero creo que no surtió efecto a juzgar por la popularidad del “cassoulet”.
Me parece preciosa la costumbre del encendido de velas los viernes y ahora entiendo más cosas después de leer esto:
"Dos ángeles de Shabat acompañan al individuo en la víspera del Shabat de la sinagoga a su casa: uno bueno y uno malo. Cuando entra en su hogar, encuentra las velas encendidas y la mesa preparada y la cama tendida. El ángel bueno dice: "que sea la voluntad, y que de esta manera sea también el Shabat entrante, y el ángel malo responde "amen" obligadamente. Y si fuera lo contrario el ángel malo dice: "que sea la voluntad, que el Shabat venidero sea así", y el ángel bueno responde "amen" obligadamente. Es por eso que el padre de familia se dirige a los ángeles con la bendición de "shalom haleijem".

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viernes, 16 de septiembre de 2011

Carta de Ferran Adrià.


Esta es una carta de Ferran Adrià desde Perú A TODOS LOS COCINEROS y yo no tengo nada que decir...
Bueno si que cada día lo respeto másssssssss.

“Carta abierta a los cocineros del futuro: La Cocina y el Cocinero en el Futuro de la Alimentación"

A ti, cocinero, cocinera:
En relación con la naturaleza
Tu trabajo depende de los frutos de la Naturaleza. Como resultado tienes la responsabilidad de defender la naturaleza y de utilizar tu cocina y tu voz
como medio para la recuperación y promoción de determinadas variedades y especies. De esta forma, ayudas a proteger la biodiversidad, permitiendo a
la vez el mantenimiento y creación de sabores y elaboraciones culinarias

Durante miles de años, la naturaleza y el ser humano dialogaron para inventar la agricultura, eso te convierte en parte de un sistema ecológico

Vamos a trabajar juntos para asegurar que este sistema funcione correctamente, promoviendo y practicando un sistema de producción sostenible en la tierra y en la cocina. De esta forma, además tendremos productos con un sabor auténtico

En relación con la sociedad
Eres el resultado de la cultura, por ello, eres heredero de un legado de sabores, costumbres gastronómicas y técnicas de cocina. Pero tienes la posibilidad de no ser un cocinero pasivo, porque a través de tu propia cocina, tu ética y tus conceptos estéticos, puedes contribuir a la cultura y a la identidad de un pueblo, región o país, mientras sirves también como un puente importante con otras culturas

Ejerces una profesión que tiene el poder de influir en el desarrollo socioeconómico de otros. Puedes generar una gran actividad económica promoviendo la exportación de productos de tu país hacia el mundo mientras atraes turistas hacia tu tierra. Además, colaborando con productores locales y utilizando prácticas económicas justas, puedes generar riqueza local sostenible y fortaleces económicamente tu comunidad

En relación con el saber
Si bien el objetivo principal de tu profesión es ofrecer felicidad y provocar emociones, a través de tu trabajo o colaborando con expertos en la materia del ámbito de la salud y de la educación, tienes una oportunidad única para transmitir este conocimiento al público, ayudándole, por ejemplo, a adquirir buenos hábitos de cocina y a aprender a tomar decisiones saludables respecto de lo que comen

A través de tu profesión tienes la oportunidad de generar nuevos conocimientos, sea desarrollando nuevas recetas o participando en proyectos de investigación profundos. Y como te has beneficiado de la enseñanza de otros, tienes la responsabilidad de compartir tu aprendizaje

En relación con los valores
Vivimos en un tiempo en el que la cocina puede ser una hermosa forma de auto-realizarte. La cocina es hoy un campo en constante evolución donde intervienen múltiples disciplinas, por ello es importante que encares tus inquietudes, sentimientos y sueños con autenticidad, humildad y, sobre todo, pasión. En definitiva, guíate por tus principios éticos y tus valores

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martes, 13 de septiembre de 2011

LÁPICES COMESTIBLES


EL ÚLTIMO GRITO Y DE RABIOSA ACTUALIDAD EN EL MUNDO DE LA GASTRONOMÍA.
Lápices de parmesano que han sido diseñados por la agencia Kolle Rebbe para los quesos de Deli Garage.Con un pelador puedes hacer lascas de parmesano sobre pastas y ensaladas, pero lo que me parece un acierto es el packaging (superdiver). Estos lápices de parmesano son de tres diferentes sabores: normal, pesto y chile picante. Además en la parte trasera viene una guía aproximada de cuánto debes de sacar punta a tu lápiz para hacer una ensalada o pasta y cuántas calorías tiene.

EL MUNDO ESTÁ LLENO DE ARTE, PORQUE ESTO PARA MI ES ARTE, me fascina ver como se devanan los sesos los marketinianos o los que sean para hacer práctico y atractivo un producto... en Jaén necesitamos gente así para vende nuestro maravillosos aceite.

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miércoles, 7 de septiembre de 2011

Jugaba a ser mayor

Son las dos de la tarde
Mis pies caminaban por el parque
Y mi cabeza barruntando al compás
Sin sentido
Tres segundos me bastaron
Para diquelar…
A la niña de las coletas
Vestida con camisa rosa y minifalda azul
Con carricoche biplaza último modelo aparcado a un lado
En su cabeza, muchísima imaginación
Andaba en una distendida charla
Distendida y parsimoniosamente
Columpiaba al unísono a sus muñecas
Como si el resto del mundo del mundo no existiera
Para mí fue mágico
La niña de la coletas ¡Jugaba a ser mayor!
De repente…cruzamos las miradas
Se deshizo la magia
Y cual galgo temeroso se vio sorprendida
El silencio inundó su figura deshilachada
Pareció avergonzarse por ser niña
Y el sol que me inundaba se hizo luna



A la niña de las coletas que llevas dentro, que no muera ese espíritu inocente e imaginativo porque alimenta la parte desaborida de la vida.

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lunes, 5 de septiembre de 2011

Dalí y la sociedad secreta del pan


ESTE CUADRO PINTADO POR DALÍ EN SUS COMIENZOS SIEMPRE LE ACOMPAÑÓ, FUESE A DONDE FUESE...
Dalí cuenta cómo expuso durante una velada de la alta sociedad, en el París de 1930, una de sus fantasías surrealistas.]
Una noche, durante un concierto, en la residencia de la princesa de Polignac, me rodeé de un grupo de damas elegantes, las más vulnerables a mi clase de lucubraciones. Mi obsesión con el pan habíame conducido a un ensueño que cristalizó en el proyecto de fundar una sociedad secreta del pan, que tendría por objeto la sistemática cretinización de las masas. Aquella noche, entre copas de champaña, expuse el plan general. (...)
Me imploraron que les revelase el secreto del pan. Entonces les confié que el acto principal del pan, lo primero que debía hacerse, era cocer un pan de quince metros de longitud. Nada más hacedero a condición de que se tomase en serio. Primero se construiría un horno harto grande para cocerlo. Este pan no debía ser insólito en ningún aspecto, debía ser exactamente como cualquier otro pan francés, salvo en su tamaño. Una vez fabricado el pan, habría que hallar un lugar donde ponerlo. Yo era partidario de un sitio que no fuese demasiado notorio o frecuentado, de modo que su aparición fuese tanto más inexplicable, pues el carácter insoluble y el propósito cretinizador del acto contaban en las circunstancias. Sugerí los jardines interiores del Palais Royal. Entraría el pan en dos camiones, y lo colocaría en el sitio designado, una brigada de miembros de la sociedad secreta disfrazados de obreros, que fingirían querer instalar una cañería de conducción de aguas. El pan estaría envuelto en hojas de diario atadas con cordeles.
Una vez colocado el pan, algunos miembros de la sociedad, que previamente habrían alquilado un departamento desde donde pudiese verse el sitio escogido, irían a ocupar sus puestos para poder dar un primer informe detallado sobre las diversas reacciones que provocara el descubrimiento del pan. Era harto fácil prever el efecto altamente desmoralizador que produciría un acto tal, perpetrado en el corazón de una ciudad como París. La primera cuestión sería la de qué hacer con él. El suceso carecería absolutamente de precedentes, y la enormidad del objeto obligaría a obrar con circunspección. Antes de hacer nada más, se llevaría el pan, intacto, a un lugar donde pudiera ser examinado. ¿Contiene explosivos? ¡No! ¿Está envenenado? ¡No! En otras palabras, ¿es acaso un pan que posea alguna peculiaridad además de su desmesurado tamaño? No, indudablemente no, no es tampoco un anuncio.
Luego los periódicos, ávidos de hechos insolubles, tomarían el acto por su cuenta, y el pan se convertiría en alimento para el desenfrenado celo de los polemistas natos. La hipótesis de la locura sería muy probablemente una de las primeras en sugerirse; pero ahí las teorías y diferencias de opinión se multiplicarían hasta lo infinito. Pues un solo loco, o aun un solo cuerdo, no habría bastado para amasar, cocer y colocar el pan donde se le hallara. El hipotético loco habría debido valerse de la complicidad de varias personas de sentido práctico lo bastante coordinado para llevar a efecto la idea. Asi la hipótesis de un loco o grupo de locos no tendría fundamento sólido.
Debería concluirse, pues, que se trataba de un acto de la clase de una manifestación probablemente de carácter político, cuyo enigma acaso quedase pronto claro. Pero ¿cómo interpretar, aun simbólicamente, tal manifestación, que, después de costar un insólito esfuerzo, permanecía sin posibilidad de eficacia a causa de la oscuridad de la intención? Su atribución al partido comunista debía descartarse. Era precisamente lo contrario de su espíritu convencional y burocrático. Además ¿qué hubieran querido demostrar por este medio? ¿Que se necesitaba mucho pan para alimentar a todo el mundo? ¿Que el pan era sagrado? No, no, todo esto era estúpido. Podía sospecharse que todo no era más que una broma perpetrada por estudiantes o el grupo surrealista; pero esta suposición, me constaba, no habría convencido completamente a nadie. Los que conocían la desorganización y la incapacidad del grupo surrealista para llevar a cabo nada que requiriese un mínimo de esfuerzo práctico, dirigido no importa a qué fin, sabían ya que los surrealistas eran incapaces de emprender seriamente la construcción del horno de quince metros indispensable para la cocción del pan. En cuanto a los estudiantes, era todavía más pueril sospechar de ellos, pues los medios a su disposición eran aún más limitados. Alguien habría podido sospechar de Dalí: ¡de la sociedad secreta de Dalí! Pero esto sería pedir demasiado.
Todas estas hipótesis formadas al azar en torno a la excitación, en curso de enfriamiento, provocada por el suceso, serían, sin embargo, barridas por el choque de un nuevo acto, dos, tres veces más sensacional que el primero -la aparición en el patio de Versalles de un pan de veinte metros de largo-. La existencia de una sociedad secreta quedaba ya expuesta a todo el mundo, y cuando empezaba a olvidar la más o menos fastidiosa anécdota de la primera aparición del pan el público era de pronto sumergido en la categoría moral de esta segunda aparición. A la hora del desayuno los ávidos ojos de los lectores eran indefectiblemente arrastrados en busca de los titulares y las fotografías anunciadores de la aparición del tercer pan, que no podía tardar en aparecer, de modo que esos panes dalinianos empezaban ya a "comerse" las otras noticias, sobre política, sucesos mundiales y sexuales, haciéndolas insípidas y reduciéndolas a un interés de segunda fila.
Pero, en lugar del esperado tercer pan, habría un acontecimiento que excedería todos los límites de lo plausible. El mismo día, a la misma hora, aparecerían panes de treinta metros en lugares públicos de las diversas capitales de Europa. Al día siguiente, un telegrama procedente de América anunciaría la aparición de un nuevo pan de cuarenta y cinco metros, que cubría la acera desde el Savoy-Plaza hasta el final de la manzana en que se halla el hotel St. Moriz. Si un acto tal podía llevarse a cabo con éxito, con rigurosa atención a todos los importantes detalles indicados, nadie podría discutir la poética eficacia del acto que, por sí solo, sería capaz de crear un estado de confusión, de pánico y de histeria colectiva, sumamente instructivo desde un punto de vista experimental y capaz de convertirse en el punto de partida desde el cual, según los principios de mi monarquía jerárquica imaginativa, se podría subsiguientemente intentar la ruina sistemática de la significación lógica de todos los mecanismos del mundo práctico racional.
Dalí fue siempre un singular pero genial espécimen que nunca defraudó(creo yo) al que lo escuchó, leyó o interpretó por su forma de ver la cosas, hasta el pan lo veía como algo especial...

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